lunes, 8 de agosto de 2011

¿DÓNDE QUEDÓ LA ÉPICA?

No hay nada mejor para el sofocante calor de las tardes de verano que, tras acabar de comer, tumbarse en el sofá y disfrutar (por momentos a duermevela) de un peliculón de los de siempre.
Y cuando digo "peliculón" me refiero a historias de las de antes, con un guión de peso y esencialmente épica.

Hablo de westers crepusculares, cine bélico, de aquellas películas de aventuras de la edad de oro de Hollywood, o de (por ejemplo) la que estoy viendo ahora: "El puente sobre el río Kwai".
Hablo de épica.

Muchos son los que, a la vista del estado actual del cine, se preguntan por las causas de la escasa calidad de lo que se produce: prácticamente todos coinciden en la falta de originalidad, de propuestas frescas y apetecibles, de historias con personalidad, con gancho...
Yo opino que lo que falta es épica. Entre tanto superpoder y supervillano, drama costumbrista, cine independiente, comedia romántica, magos adolescentes y vampiros enamorados, secuelas, precuelas, sagas y remakes, psicópatas y marcianitos... con tanta capa y mallas, trastornos psicológicos, traumas del pasado, corrección política, f/x, cgi y 3d, tanta estrellita y tan poco star system, múltiples adaptaciones de cómics y bestsellers... se ha perdido el norte.

No hay historias de peso, no hay personajes carismáticos, no hay producciones de calidad, no hay arte en el séptimo arte. Como si de "fast food" se tratase ("fast film" en este caso), la calidad se ha perdido frente a los intereses taquilleros (taquilla, merchan, tv, internet...)
¿Desde cuándo no se ve un héroe en condiciones en la gran pantalla?: entre los que sueltan chistes en sus presuntas gestas (los supers, ante todo), quienes deben enfrentarse a sus fantasmas del pasado (generalmente agentes del orden), los atormentados por sus sentimientos (vampiros, hombres lobo y monstruos en general), los elegidos pero faltos de fe (fantasía, cienciaficción, ficción...)

Ha sido ver hoy a Alecc Guinnes y William Holden... y ponérseme los pelos de punta recordando escenas de clásicos de Charlton Heston (que lo mismo corría en cuádrigas que dirigía un circo), John Wayne (saliendo de la casa en "Centauros del desierto"), Burt Lancaster (como Dardo o Temible Burlón), Gregory Peck (como Hidalgo de los mares o en Horizontes de Grandeza)...

¡Quiero cine de verdad! ¡Quiero vibrar en la butaca! ¡Quiero emociones! ¡Quiero épica!

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