No hay motivo para el optimismo, no hay lugar para la esperanza. Si hace años que se quedaron sin ideas, si llevan tiempo viviendo de las rentas, hoy he visto el principio del fin, hoy he visto “Furia de Titanes”
Las señales estaban claras, las teníamos a primera vista: esa afluencia de adaptaciones, remakes y (per)versiones; revisión de antiguas series de televisión y comics de culto en busca de inspiración; el rescate de viejas glorias ochentenas; la resurrección del 3D y de su papel (de nuevo) como maná salvador de la industria; la ausencia de películas con un mínimo de empaque y con posibilidades de trascendencia (más allá de contar con unos efectos especiales que, desde su producción, tienen fecha de caducidad)…
Hubo un tiempo en el que Hollywood contrataba
a pesos pesados del panorama literario para confeccionar las historias y guiones de sus películas. Años en los que se valoraban cosas como el talento, la calidad y la excelencia, en los que “la fábrica de los sueños” se dedicaba a desarrollar “el noveno arte”, en los que se respetaba (e incluso mimaba) al espectador.
El cine de aventuras hace años que murió. La maquinaria de la meca del cine la sepultó bajo una tonelada de efectos especiales, guiones poco trabajados, personajes sin carisma y refritos de las pocas fórmulas de éxito. Cuesta ver cómo todo lo que se creó en los 80 han llegado a ignorarlo o, como en este caso, a destrozarlo sin el más mínimo pudor.
Ante tanto caos, como es lógico, los personajes son planos y carentes de una personalidad mínimamente interesante. Y si a esto sumamos la desastrosa actuación de de los actores (Worthington inexpresivo, Neeson terrible y Fiennes pasado de rosca) y la sensación de estar ante una película de serie b (vestuario y decorados recuerdan al de las peores películas de romanos que he visto; los efectos especiales no son nada de especiales… muy básicos)… el resultado final es muy pobre y la sensación con la que sale es público es descorazonadora. ¿Dónde ha quedado la épica? ¿Cómo puede perpetrarse tamaño despropósito con una mitología como la griega, que tanto juego puede dar al cine?
Me resulta muy triste tener que decir esto, pero este tipo de películas hace de las versiones antiguas (El viaje fantástico de Simbad[1974], Jasón y los Argonautas[1963], Furia de Titanes[1981]) auténticas joyas dignas de revisión, y de profesionales y técnicos de efectos especiales como Ray Harryhausen auténticos artistas y artesanos del séptimo arte.

1 comentario:
Pues sí. Vaya porquería de película, nos ahorramos el trago de verla en 3D
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